Frío al medio día

Como animal moribundo que emplea sus últimas fuerzas para llegar a la aldea donde nació, ahí, se sumerge en el río y le deja la responsabilidad de su porvenir en manos de algo más grande, de la tierra que viene por ella, que la hace suya y que la vierte en el resto de la humanidad. 

El frío que llega al medio día cuando estás a punto de morir. Se entrega y deja que sea el viento quien se encargue de lo que queda de su ser. Es el fin. Pero antes, sólo un instante antes, cuando llega el depredador, en ese momento descubres que todo era una trampa. Solo fingía su agonía en medio de un desastrozo escenario. A un paso del cuerpo desnudo y entre el agua pintada de rojo, despierta para clavar sus dientes sobre tu cuello. La sensualidad como gancho volvió a ganar.

Publicado originalmente en Indicio.

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